El Centro Universitario de Paysandú y el No a la baja. Argumento 2

En la columna anterior de Paysandú Universitario (Ver El telégrafo 10/09/14) le proponíamos a los/as lectores/as el dar a conocer los argumentos que llevaron al Centro Universitario de Paysandú a posicionarse en contra de la iniciativa que pretende bajar la edad de imputabilidad penal a los 16 años de edad. Como lo decíamos en la mencionada columna, esto se enmarca en los fines de la Universidad de la República (UdelaR), en particular, en la colaboración en la comprensión pública de temas de interés general. El argumento que presentamos en esta oportunidad es que la propuesta de juzgar como adultos a menores de edad, se sostiene en un sobredimensionamiento del delito adolescente.

Antes de adentrarse en los diferentes elementos que llevan a decir que el delito adolescente está magnificado, cabe hacer la aclaración de que esto no quiere decir que la UdelaR no esté sensibilizada con el tema, que desconozca lo alarmante de que menores participen en actos delictivos, y que no este desarrollando acciones para abordar la problemática. Por el contrario, nos preocupa y de ahí la voluntad de buscar alternativas democráticas, inclusivas y superadoras. Esta aclaración busca evitar la acusación de que estar en contra de bajar la edad de imputabilidad y de los argumentos que se utilizan, implica estar de un lado o del otro, y no ser sensibles con quienes son víctimas de los delitos, todo lo contrario.     

Cuando la Universidad de la República dice que el problema del delito adolescente está sobredimensionado, se sostiene en dos ideas que afirman quienes promueven el bajar la edad de imputabilidad: a) los delitos cometidos por adolescentes crecen sin control, y b) esto es lo que genera la inseguridad en el país. Ante esto la UdelaR dice que las cifras que se utilizan tienen profundos problemas de confianza y validez, por lo que es imposible extraer conclusiones contundentes. Sin embargo, si bien no se puede establecer científicamente si hubo aumento o no del delito adolescente, sí se puede dar cuenta de cuál era el escenario de estos delitos previo al 2012, que fue lo que motivó la presentación de la iniciativa de bajar la edad de imputabilidad en abril de ese año. Para eso vamos a tomar datos del Departamento de Estadística del Poder Judicial, que dan cuenta de los casos que ingresaron a la justicia y que fueron estudiados por las autoridades competentes en el tema. En el 2010 se registraron en Uruguay 48.102 asuntos penales iniciados, de los cuales 2.677 correspondían a la justicia penal juvenil, lo cual se corresponde con el 5.6% del total. En el 2011, los asuntos iniciados penalmente fueron 50.756, y los que correspondían a adolescentes fueron 3.250, es decir un 6.4% (UNICEF, 2012). Si bien el aumento entre el 2010 y el 2011 es de 0.8%, y que estos son asuntos iniciados penalmente que aún no fueron juzgados, las cifras dan cuenta de que el problema de la delincuencia es un problema de adultos, ya que para el 2010 los asuntos penales de adultos representaron el 94.4% y en el 2011 fueron el 93.6%. En síntesis, los datos válidos y legítimos sobre la delincuencia juvenil no fundamentaban una reforma constitucional que implicara endurecer las penas de los adolescentes, y por ende, tampoco la propuesta va a mejorar la seguridad pública, porque el problema de la delincuencia es un problema de adultos. 

Sin lugar a dudas es necesario revisar ese 7% aproximado de delitos que comenten menores, analizar en profundidad sus causas y actuar en consecuencia en base a criterios humanitarios y que preserven la integridad de los/as adolescentes. Pero si queremos solucionar el problema de la seguridad pública, los/as adolescentes no son el actor más relevante, ya que la delincuencia es adulta por amplia mayoría. La Universidad de la República forma cotidianamente profesionales que trabajan en las instituciones que atienden la rehabilitación social, está actualizando sus Planes de estudio de acuerdo a las nuevas realidades, y formando a sus docentes para que estén a la altura de las exigencias actuales. Como sociedad debemos comprometernos con el tema y cada uno/a, desde sus lugares particulares, debe colaborar día a día para erradicar las causas del delito de cualquier tipo. 

Columna "Paysandú Universitario" publicado por Diario El Telegrafo 17/10/2014