El pasado miércoles 26, más de 3600 universitarios del Litoral Oeste del país, concurrieron voluntariamente a apoyar, con su voto, la creación del CENUR del Noroeste.

Esta región, que abarca los Departamentos del Litoral desde Artigas a Río Negro, es la de presencia universitaria más antigua en el interior del país, ya que en la década del 50 comenzaron cursos en Salto, para continuar en 1963 con el proyecto descentralizador de la Estación de Agronomía (posteriormente M. A. Casinoni) en Paysandú, el primero con base en las tres funciones, radicación docente y traslado al interior de una de las opciones de graduación de la carrera de Ingeniero Agrónomo.

Los Centros Regionales (CENUR) son la nueva forma institucional que la Universidad de la República ha propuesto para llevar adelante su trabajo en el interior del país. Hace algunos años, llamábamos “descentralización” al trabajo de traer la UdelaR al interior; luego acuñamos el término “regionalización”, porque no sólo había que “sacar del centro” a la Universidad, sino también apropiarse del proyecto por regiones y, al hacerlo, imprimirle características que cada comunidad propusiese. Bajo una misma institución madre, nuestra Universidad pública, cada región del país iría construyendo su propia noción de Universidad, igual pero diferente.

El pasado miércoles 26 la participación de los universitarios fue paritaria, en números redondos, en Salto y Paysandú, lo que confirma la legitimidad del esfuerzo para que el nuevo CENUR naciera en forma equitativa, balanceando fuerzas entre ambas localizaciones.  

Mientras esperamos los números del escrutinio definitivo que comenzará el martes 1º de abril, intentaré mostrar las principales tendencias que se dieron en Paysandú. En los circuitos organizados por el CUP, votaron 1781 universitarios de los 3 órdenes. Hubo mesas en Fray Bentos, Young, Guichón y Quebracho, además de cuatro circuitos en el propio CUP. Si bien el número total es bajo si lo comparamos con el total de habilitados, la participación ha ido creciendo sin parar desde la última elección para Comisión Directiva en 2009 y la elección de la Asamblea Asesora en 2012. De 600 electores pasamos a cerca de 1100 para tener ahora una participación cercana a los 1800. La participación de los egresados se duplicó y más del doble de estudiantes votaron esta vez en comparación con el 2012. También fue muy importante la concurrencia de egresados en Fray Bentos, entusiasmados, sin dudas, por las perspectivas de creación de una Casa de la Universidad para el Departamento.

El CENUR del Noroeste empezó a cuajar el pasado miércoles 26 de marzo, al mismo tiempo que todo el demos universitario elegía autoridades para integrar Consejos y Claustros de las Facultades y conformar la Asamblea General del Claustro que elegirá nuevo Rector.

Empezó a cuajar, digo, porque toda la tarea de hacerlo realidad está por delante. Comienza el desafío de poner en sintonía los dos centros universitarios ya existentes (Salto y Paysandú), integrar también a los Departamentos de Río Negro y Artigas y, sobre todo, levantar las miras para diseñar, en clave de región, las particularidades que este proyecto debe tener para dar respuesta, desde aquí, a las necesidades de todo un país.

La propuesta es que este CENUR esté a un nivel de excelencia en ciertas áreas, a la vez que proyecta su desarrollo en otras, conformando así un entramado de capacidades y ofertas que se complemente con las de otros CENURES, ubicados en otras regiones, y cubra, de este modo,  todo el país.

Al día siguiente del pasado miércoles 26, en tanto los periódicos nacionales señalaban la abstención y el alto porcentaje de votos en blanco en las elecciones universitarias, en el interior vivíamos otra fiesta: la del trabajo que rinde sus frutos, la del crecimiento y consolidación, la de la retribución de la gente que validó, con su voto voluntario, el espíritu del proyecto.