“Caja de Resonancia”: exposición colectiva sobre narrativas en torno al cuerpo y la vida cotidiana
El sábado 20 de julio se inauguró en la sede Paysandú del Centro Universitario Regional (Cenur) Litoral Norte, una muestra colectiva, titulada “Caja de Resonancia”, que significó la culminación de los trabajos del curso de Educación Permanente “Narrativas en torno al cuerpo y la vida cotidiana”.
De la muestra participaron 16 personas con distintas formaciones y ocupaciones; estudiantes, egresados de diversas carreras, funcionarios y docentes. A través de distintas disciplinas artísticas, como la fotografía, pintura, performance, entre otras, buscaron conectarse y resonar con el entorno y la cotidianeidad, un “proceso que iniciamos en un curso donde nos propusimos resonar, es decir, amplificar y propagar nuestras prácticas artísticas en base a una frecuencia común que es la de pensarnos en los territorios, las rutinas cotidianas y los refugios que construimos en ellas”, explicó la docente argentina Ekaterina Gelroth, en el programa de la muestra.
Este curso fué realizado en formato semipresencial en el Centro Universitario Regional Litoral Norte, sede Paysandú con el apoyo de la Unidad de Estudios y Prácticas de la Cultura Visual de la Facultad de Artes, de la Universidad de la República.
La docente del curso, Ekaterina Gelroth, explicó que durante el curso se trabajó sobre procesos artísticos que ya venían haciendo los participantes o que se desarrollaron durante las clases, sobre narrativas del cuerpo y la vida cotidiana. “Se trabajó a partir de un despliegue de disparadores en función a preguntas que están orientadas a desnaturalizar las prácticas cotidianas y en relación a artistas referentes que trabajan sobre los temas, por lo que luego se desplegó una serie de acciones que orientan la práctica artística”, afirmó.
Gelroth subrayó la importancia de realizar la muestra final, no solo por el resultado obtenido por los participantes, sino por el proceso generado de “movilizar una práctica artística y pensar en relación al colectivo, intercambiar apreciaciones, saberes, conocimientos y ser parte de un proceso curatorial y una muestra compartida”.
Los ejes que se abordaron durante el curso fueron surgiendo a partir de las inquietudes del grupo, indicó la docente, uno de ellos fue el de territorios móviles, que refieren a “la forma en la que ocupamos y reconocemos nuestros territorios”, el segundo fue irrupciones de la vida cotidiana, “trabajamos sobre qué era lo emergía en nuestra cotidianeidad como un modo de hacer diferente, que nos daba cuenta de un ser y estar en el espacio, en el presente, una práctica desalienante de la cotidianeidad” y en tercer lugar el eje de los refugios, referido a los lugares seguros que se crean “para generar un estar amable, de protección, de cuidado propio y hacia los demás y que también estaba vinculado a las herencias”.
Alfonsina Pereira, Licenciada en Lenguajes y Medios Audiovisuales, comentó que el curso le generó “muchas sensaciones positivas, sobre todo una apertura a nuevos conocimientos, formas de hacer y expresar”. Ella decidió crear un muñeco de Judas, ya que abordó durante el curso la temática ritual, lo que la vinculó con su familia, la religión católica y sus prácticas. “En el transcurso del curso, se realizó la quema de judas en mi pueblo y acompañé a mi abuela al evento con la intención de sacar fotografías, pero llegamos tarde y no pudimos presenciar la quema. Luego de ese desencuentro, le pedí a mi abuela que hiciera un judas y paralelamente retraté el proceso. Era muy importante que lo hiciera ella, ya que pertenece a otra generación, la de nuestros ancestros, representando el legado que estos nos dejan, y lo que hacemos nosotros con eso. Por lo que decidí apropiar la quema y sus creencias, transformándola, dándole un nuevo significado y punto de vista, conectando con nuevas formas de vincularnos con el ritual, una que nos identifique como generación, y que a su vez, ya no forma parte de una religión o institución”, afirmó.
Por otra parte, Julia Albiso, es estudiante de la Tecnicatura en Imagen Fotográfica y al mismo tiempo funcionaria de la sede universitaria local y en esa dualidad, ella decidió presentar fotografías de distintos lugares y momentos de la institución. Para ella el curso fue “una gran oportunidad para experimentar” y una “satisfacción mostrar un poquito lo que sería mi mirada de un espacio que es habitado tanto en lo personal, como estudiante de fotografía y también en lo público y en lo laboral como funcionaria” y agregó: “siendo estudiante y teniendo la cámara como herramienta y el medio para expresarme la imagen, es totalmente beneficioso tener estos espacios porque interactuamos con personas diversas, de diferentes lugares, aprendemos todo el tiempo y se forma una unidad muy linda en donde todos estamos apoyando al otro para que su proceso se vea reflejado en la muestra que sería el trabajo final”.