Congreso de Psiquiatría Pediátrica otorgó primer premio a póster de equipo de docentes de Medicina Social, de la sede Paysandú del Cenur Litoral Norte
Un equipo de docentes del Polo de Medicina Social obtuvo el primer premio con el póster “Integrar la Salud Mental a la Educación Superior” presentado en el Congreso de Psiquiatría Pediátrica y Profesiones Afines, realizado el pasado mes de agosto en la sede. Dicho premio fue motivo para conversar con el equipo y conocer más detalles acerca del proceso de investigación llevada adelante con participación de estudiantes de la unidad curricular “Experiencia Práctica” del Ciclo Inicial Optativo (CIO) Salud.. El equipo, integrado por Ricardo Fleitas, Agustina Osorio, Soledad Decombe y Gustavo Karpuchenko del Polo de Medicina Social de la sede Paysandú, del Centro Universitario Regional (Cenur) Litoral Norte
En el proceso de trabajo se observó y analizó la salud mental en tres clubes deportivos recreativos de la ciudad de Paysandú: Club Remeros, Asociación Cristiana de Jóvenes y Plaza de Deportes. Los objetivos de la investigación fueron analizar la situación de salud en instituciones deportivas de la comunidad junto a estudiantes universitarios, identificar los factores protectores y las vulnerabilidades en salud, así como promover la participación y el involucramiento de los estudiantes en actividades de promoción de salud.
Ricardo Fleitas, médico psiquiatra y docente de la sede, explicó que el enfoque con el que trabajaron fue de “promoción de salud”, por lo que pusieron el foco en “identificar qué tiene la comunidad (de esos clubes) que protege su salud y también qué factores de riesgo tienen para poder intervenir”. El docente explicó que a través de la unidad curricular “Experiencia Práctica” se espera que los estudiantes puedan hacer “un diagnóstico de aproximación a la situación de salud de la región” en el territorio, para que conozcan lo que sucede en las comunidades que habitan.
En el comienzo del proyecto, desde la institución se contactaron con las direcciones de los clubes deportivos para presentar el objetivo y alcance del trabajo; para luego planificar junto a los estudiantes actividades “teóricas-conceptuales sobre la tarea en concreto que se va a hacer en la comunidad”. En este sentido, en el curso se abordaron los factores de riesgo asociados a conductas suicidas o comportamientos de riesgo en niños y adolescentes, “que eran demandas que los educadores traían sobre qué hacer frente a situaciones de ese tipo en el club, que no sabía qué hacer y que no sabían cómo manejarlo”, indicó el docente.
En el mismo sentido, la docente y tecnóloga en salud ocupacional, Agustina Osorio destacó el hecho de que desde los clubes deportivos se mostraron “siempre muy abiertos a trabajar” en el proyecto y “encantados de las devoluciones” que realizaron los equipos universitarios. “Esta temática hay que saber cómo abordarla, a veces los centros son muy inclusivos o tratan de ser lo más inclusivos posibles y desde la universidad sentíamos la necesidad de trabajar con las herramientas que tenemos en base a la temática de la salud mental para poder afrontarla junto con los estudiantes, formándolos en lo que es sobre todo promoción y prevención de salud desde un aspecto positivo de la salud”, apuntó.
El concepto de salud integral
Fleitas expresó que desde el Polo de Medicina Social se trabaja con los estudiantes en “una concepción de salud amplia, no solamente biológica”, por lo que se abordó con ellos diferentes conceptos como inteligencia emocional, alimentación saludable, relacionamiento entre pares, entre otros, para después trasladarlo al trabajo práctico en los clubes deportivos. “Trabajamos lo que era el relacionamiento entre pares y de alguna forma también la tolerancia a la frustración que eran elementos que aparecían muchas veces, qué pasa con los enojos, cómo se enojan los gurises, cómo manejarlo y qué diferencia hay entre unos y otros, algunos explotan muy fácil otros son muy callados”, comentó.
El proceso de trabajo con los estudiantes consistió primero en que ellos pudieran experimentar en la práctica los conceptos teóricos, para después trasladarlo a los usuarios y socios de las instituciones deportivas. “Junto con profesores de educación física hicieron la diferenciación entre lo que es una actividad física, una actividad corporal y una práctica, son tres conceptos que aprendimos juntos, en esto que se que se llama el diálogo interdisciplinar; ellos experimentaron, fuimos a la plaza, hicieron un poco de meditación, otros hicieron un poco deporte y pudieron experimentar la diferencia de esos tres elementos, pero también experimentamos lo que significa que la inteligencia emocional representa el reconocimiento de nuestras emociones, pero también identificar a veces los lenguajes corporales y las emociones que hay detrás del lenguaje corporal, como para poder comprender a una persona no solamente por la verbalización”, sostuvo Fleitas.
Otro de los aspectos abordados tiene que ver con la alimentación, ya que los docentes aprovecharon la presencia de profesionales de la Lic. en Nutrición y trabajaron la alimentación saludable como un aspecto importante en la salud integral. “Se trabajó desde qué se puede hacer para que uno se sienta saludable; no solo es la práctica corporal, la actividad física o el deporte sino también cómo nos alimentamos y de acuerdo a cómo nos alimentamos también muchas veces tiene que ver con cómo somos, hay una relación entre lo emocional y lo biológico”, afirmó.
La docente Osorio evaluó como muy positiva la participación de los estudiantes, quienes “se preparan muy bien y la instancia de devolución a la comunidad les encanta, ya se ven como futuros profesionales” y comentó que los mismos buscaron agasajar a la comunidad de los clubes, por ejemplo cocinándoles e intercambiando para compartir un momento ameno.
Conclusiones
En lo relativo a las conclusiones del trabajo de investigación, Fleitas expresó que pudieron visualizar que la salud mental en los clubes deportivos tiene “un lugar privilegiado” que permite que se pueda ampliar el concepto de salud que generalmente la población tiene de salud estrictamente biológica. “Esos lugares son privilegiados, pero son lugares que tienen muchas insuficiencias y carencias”, explicó y mencionó como ejemplo las inundaciones y su continua afectación al Club Remeros Paysandú, que requiere un gran esfuerzo para volver a funcionar.
“Estas instituciones con más de 80 años aportando a la protección y salud mental de la población requieren ser valoradas y fortalecidas desde el conocimiento y promoción de la salud con una mayor presencia universitaria. Identificando estas fortalezas y debilidades que vemos en estos clubes es evidente y necesaria la construcción de una política pública de apoyo a estos lugares, sobre todo para una población que demanda muchos problemas de salud mental”, sostuvo e indicó que en los clubes deportivos se da una socialización que es esencial para los socios y que se genera con momentos de camaradería, que ayudan a reducir la soledad a veces de ciertos rangos etarios de la población.
En este mismo sentido, Osorio consideró que la salud mental debe tratarse en un primer nivel de atención y comentó que los clubes realizan “su mayor esfuerzo” manejando personal capacitado para fomentar el deporte, “son ámbitos muy amigables donde hay que potenciarlo para todos; desde niños a los adolescentes que llevan una carga muy importante y también para la gente adulta donde las relaciones interpersonales son muy importantes, porque lo social es lo que los mantiene vivo, entonces este es un ámbito que tenemos que que fomentar más”, manifestó.