La Universidad y la educación terciaria.
Entonces, el estudiante que ingresa a cualquier carrera de la Universidad, en Paysandú o en otro lugar del país, no sólo debería asistir a clases sino que debería abordar su formación de manera integral, entendiendo por ello que un buen profesional aprende mucho en las aulas y en los formatos tradicionales, pero también aprende mucho en otros ámbitos. Cada vez más estos “otros ámbitos” de formación se van validando y es así que actualmente existen espacios no tradicionales en los que la participación estudiantil es reconocida curricularmente por diferentes Facultades o Escuelas. Es el caso de los EFI o Espacios de Formación Integral que se llevan a cabo en el CUP entre las Unidades de Apoyo a la Enseñanza y de Extensión, con estudiantes de diferentes carreras que abordan una problemática particular desde determinada realidad social, trabajando a terreno con los vecinos, porque se entiende que el aprendizaje se produce a partir de la vivencia, el encuentro y la interacción con otros. Existen también proyectos estudiantiles que abren oportunidades a los jóvenes de introducirse en la investigación o generar espacios de docencia o de mejora de la enseñanza o bien abordar una problemática social a su alcance. Otro programa novedoso que intenta encarar la formación desde un lugar diferente es el de los tutores estudiantiles con el doble propósito de ser formativo para los tutoreados y también para los tutores. Las tutorías entre pares buscan acompañar al estudiante en los procesos de aprendizaje, en una concepción que entiende a éstos desde la interacción con el otro, facilitando la construcción del “ser estudiante”, al ayudar a la formación de un sujeto activo, protagonista de su proceso de aprendizaje y crítico desde el punto de vista ético de su quehacer universitario. Esta integración estudiante – tutoreado intenta también disminuir algunos aspectos de la masificación generando un espacio personalizado en un marco institucional colectivo. Por último pero no menos importante es la participación en el cogobierno, verdadera escuela de ciudadanía, como se dice, ya que el estudiante aprende desde el comienzo no sólo a recibir o reclamar sino también a tomar decisiones, respetar los mecanismos democráticos, asumir las responsabilidades por sus acciones y entrenarse en la discusión en el respeto por el otro y en la aceptación del disenso. Ninguna de estas actividades es obligatoria. Uno puede obtener el título sólo asistiendo a clases y salvando los exámenes, pero sólo habrá pasado por la Universidad sin que haya hecho un cabal aprovechamiento de ella. Se dice habitualmente que una Universidad no se crea ni se decreta sino que se construye. Así que, al inaugurar este blog, los estamos invitando a construirla con nosotros.